….February is located in the middle of the astronomical winter, when the days are getting longer and the temperatures are slowly increasing.
The night sky is still dominated by the great constellation of Orion, which is now giving way progressively to the big ship Argos rising from the South-West; this will be a protagonist of the beginning of Spring in our latitudes and already shining brilliantly is the star Canopus, indicating the direction of the South. On the other side of the sky, in the East the small constellation of Cancer – a mythological victim of the hero Hercules - has already risen; to this the gods of the Olimpus assigned one of the beauties of the winter Firmament, the big cluster of the Beehive. The Greek legend tells us that, during the war with the Titans, the gods were helped by two small asses (represented by the two stars in the center of the faint constellation) and, in order to show their gratitude, they assigned to them an eternal supply of food, represented by this cluster (known also as the Pesebre or M44) a magnificent view through a telescope. And, if we can make use of such an instrument, the first days of the month are offering us the beautiful view of the Moon in her best moments with a detail that leaves us astonished: from the immense lava seas, bordered by ranges of high mountains, lonely peaks are emerging, as they were icebergs floating in an ocean, while superb rounded craters of all sizes populate the Lunar surface all around. Do not miss this fantastic sight!
Clear skies to everybody!
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El mes de febrero se encuentra en el centro del invierno astronómico, con los días que se hacen más largos y la temperaturas que poco a poco van aumentando.
El cielo nocturno sigue dominado por la gran constelación de Orión, que paulatinamente va cediendo paso al gran navío Argos que surge desde el Sureste; eso va a ser el protagonista de principios de la primavera en nuestras latitudes, pero ya ahora nos enseña su brillante estrella Canopo, que nos indica la dirección del Sur. En cambio, desde el Este ya se ha levantado el pequeño Cáncer, mitológica víctima del héroe Hércules, al que los dioses del Olimpo entregaron una de la maravillas del Firmamento de esta época, el gran cúmulo del Pesebre. La leyenda cuenta que, durante la guerra con los Titanes, los dioses fueron ayudados por dos burros (las pareja de estrellas centrales de la débil constelación) y para compensarlos le asignaron un suministro eterno de comida, representado por este cúmulo, conocido también como M44 y muy bonito a verse con un telescopio. Y si podemos disponer de tal instrumento, los primeros días del mes nos brindan el fantástico espectáculo de la Luna en su mejor momento y con un detalle que nos deja asombrados: desde los inmensos mares de lava, bordeados por cadenas de montañas altísimas, se elevan picos solitarios, como si de icebergs se tratara, mientras que soberbios cráteres circulares de todos los tamaños salpican la superficie lunar. No se pierdan este fantástico espectáculo.
¡Cielos despejados para todos!
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