....Winter is the season when our Earth passes at the closest distance from the Sun, but curiously enough the temperatures are the lowest in the year. This is due to the inclination of the axis of our planet, that in the northern hemisphere makes our star appear to be lower on the horizon and the days are shorter. On the other hand, as the nights are longer and the ecliptic is higher, reaching quite the zenith in our latitudes, this is the best season for the observation of the night sky.
Also its precious constellations, as Gemini, Taurus and Auriga, together with the ones which remind us of the myth of the giant hunter – Orion, his dogs and animals - show us their fantastic treasures.
Winter is the epoch of the great star clusters, such as the Pleiades and the Hyades, visible with naked eyes, or the far open clusters hidden in Auriga, Gemini or the Big Dog, as M35, M36 and M41, beautiful targets for our telescopes.
In the first part of January we can enjoy the Moon, which can show us, with different magnifications her impressive craters, her abrupt mountains, her broad seas scattered by isolated peaks, such as Montes Tenerife, a tribute to the first observatory located on a high mountain on the island nearby us.
¡Clear skies to everybody! ..
El invierno es la estación en la que la Tierra se encuentra más cerca del Sol, pero curiosamente las temperaturas son las más bajas del año. Esto se debe a la inclinación el eje terrestre, que hace que en el hemisferio norte nuestra estrella se levante menos sobre el horizonte y los días sean más cortos. En cambio, las noches más largas y la posición más elevada de la eclíptica, que en nuestras latitudes alcanza casi el cenit, hacen del invierno la estación más propicia para la observación del cielo nocturno.
También sus preciosas constelaciones, como Gémini, Tauro y Auriga, así como aquellas que están relacionadas con el mito del gigante cazador, es decir Orión, sus perros y sus animales, nos enseñan sus brillantes tesoros.
El invierno es la época de los grandes racimos estelares, como las Pléyades y las Híades, visibles a simple vista, así como los lejanos cúmulos abiertos escondidos en Auriga, Gémini o el Can Mayor, tales como M35, M36 o M41, fantásticos objetos al alcance de nuestros telescopios.
En la primera mitad del enero podremos admirar también a la Luna, que con unos cuantos aumentos nos desvela sus impresionantes cráteres, sus agudas montañas, sus amplios mares salpicados por islas remotas, como los Montes Tenerife, así bautizados en homenaje al primer observatorio de alta montaña de la historia, el que alberga nuestra vecina occidental.
¡Cielos despejados para todos!
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